martes, 20 de noviembre de 2012

CUALIDADES DE UN BUEN NARRADOR






No es lo mismo leer que narrar. El éxito del cuento depende en gran parte del narrador.
Se narrará realizando una pronunciación correcta, pausada, para facilitar la audición.
La narración irá impregnada de vida, de colorido, de matices de voz, de gestos y ademanes, de acciones mímicas, identificándose el narrador plenamente con los personajes. Se vivirá la historia.
A través del cuento el niño debe ver en su imaginación lo que está oyendo.
El maestro debe narrar con los niños a su alrededor, en semicírculo, nunca detrás. El niño tiene que observar todas las acciones y gestos del narrador quien debe narrar captando la atención de los chavales.
Emplear un tono de voz media, que nos permita el susurro y el grito, utilizando diversas inflexiones de voz.
No utilizar láminas o ilustraciones la primera vez que se narre el cuento. Estas pueden perturbar el juego de la imaginación creadora, desviando la atención del niño hacia detalles secundarios de los dibujos.
Tiene que preparar minuciosamente su actuación, cuidando cada detalle, adecuando su relato a la audiencia, utilizando palabras expresivas y motivadoras, su actitud ha de ser amable, casi tierna, no perder de vista en ningún momento a los niños, tener confianza en sí mismo.
El narrador cuidará con «precisión el ritmo, el gesto, la pausa que marca el final de cada frase, cierra las descripciones, aumenta la intriga del desenlace, sirve para crear expectativa, asegura el buen orden de la narración, ofrece el niño la oportunidad y el tiempo necesarios para asimilar lo que acaba de escuchar y aumenta el deseo de escuchar lo que viene a continuación».

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